Una versátil y deliciosa salsa con muchas proteínas y omega 3
Ingredientes
Dos cucharadas grandes de mantequilla de cacahuete, a ser posible, de la crujiente.
El zumo de un limón.
Media cebolla dulce. (Si ponéis una que pique, no sabrá igual!)
Una cucharadita de café de jengibre en polvo. (Se puede sustituir por jengibre fresco, el sabor será más intenso. La cantidad, la misma)
Media guindilla roja, si os gusta mucho el picante, podéis ponerla entera.
Dos dientes de ajo. Igual que en al paso anterior, dependerá de vuestra tolerancia poner algo más o menos.
Tres cucharadas grandes de aceite de oliva.
Una pizca de sal y otra de pimienta.
Preparación
Sofreir la cebolla en el aceite, finamente picada, cuando esté blandita, incorporar el ajo picado, el jengibre, y la guindilla. rehogar un par de minutos a fuego lento, hasta que veáis que se doran los ingredientes.
Incorporar las dos cucharadas de mantequilla de cacahuete al refrito. rehogar un minuto más e incorporar el zumo del limón. Salpimentar.
Una vez hecho el refrito, pasarlo a un vaso de batidora y batir. Podéis retirar o no la guindilla, dependerá de vuestra tolerancia al picante.
En esta receta doy los pasos para que la salsa tenga un toque de picante medio. Si veis que la salsa está muy espesa, añadir agua mientras se está batiendo y rectificar la sal.
Tip
Prueba a añadir una cucharadita de salsa tamari o de soja, le da un toque muy rico y diferente, pero recuerda que estas salsas llevan sal!
La salsa Satay está deliciosa con multitud de platos, pruébala con nuestras hamburguesas de berenjena, ¡no te dejará indiferente!
Patricia.. te felicito por la iniciativa.
Muchos besos y mucha suerte en el proyecto.
Montse
Jo! Muchísimas gracias, Montse! 😘 Me esforzaré para poner una receta a la semana rica rica 😃